¿HAY ALGUIEN AHÍ? SOBRE LA SOLEDAD NO DESEADA EN NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES (NNA)
Ana Fornés. Directora del centro de jóvenes Taleia de la Fundación Adsis.
La soledad no deseada es un problema de salud pública que afecta a nuestra sociedad cada vez más de manera más grave. Según el “Observatorio Estatal de Soledad No Deseada”, en España impacta al 13,4% de la población. Aunque generalmente la asociamos a personas de edad avanzada, la realidad es que los dos colectivos más afectados son las personas más mayores junto con jóvenes y adolescentes: el 21,9 % de jóvenes entre 16 y 24 años sienten la soledad no deseada.
En el marco de las crisis múltiples que sufre Europa ahora mismo, la económica y financiera o la social y política, se encuentra la de los cuidados, y muy relacionada con ella, el deterioro de las relaciones sociales. La soledad no deseada se caracteriza por ser una situación en la que se da un sentimiento subjetivo de no tener la cantidad y calidad deseada de relaciones sociales, y tiene un impacto directo sobre la salud mental y la salud desde una perspectiva comunitaria.
La realidad es que, en esta sociedad fragmentada, de presente incierto y dudoso futuro, donde las personas adultas vivimos cansadas (más bien exhaustas) por la violencia económica a la que estamos expuestas, no hay tiempo para acompañar a nuestros niños, niñas y adolescentes a entender este mundo y hacer de él un lugar más habitable. Simplemente, no hay tiempo: no hay tiempo más allá del trabajo o de la búsqueda de medios económicos para subsistir; no hay tiempo en los centros educativos para entender las singularidades; no hay tiempo para seguir adelante con la –cada vez más- burocracia de las entidades socioeducativas y poder simplemente acompañar en la construcción de relaciones sociales sanas; no hay tiempo para repensar las políticas públicas; no hay tiempo para compartir y ser compañía; no hay tiempo (ni lugares) donde “estar” con sus iguales ni con referentes… ¿Cómo no se van a sentir solas y solos?
Desde los centros de día se hace necesario incorporar la lucha contra la soledad no deseada en primer lugar, dando continuidad al trabajo que se ha venido desarrollando y que nos caracteriza. El primer paso se da en el hecho de que sean lugares y entornos seguros para las y los NNA, donde pueden sentirse personas queridas y valoradas, así como establecer vínculos y relaciones basadas en el buen trato.
Pero, por otro lado, es importante fortalecer los mapas relacionales y dar herramientas de generación de relaciones de proximidad y comunitarias; entre iguales, pero también con la población adulta más allá de en nuestros centros. Y es aquí donde deberíamos generar alianzas para que asumamos colectivamente las responsabilidades familiares y profesionales hacia nuestras niñas, niños y adolescentes, en vez de culpabilizarles por las consecuencias (como la apatía, las violencias machistas, las conductas disruptivas, o las adicciones y tecnoadicciones).
Me gusta recordar una las anotaciones de uno de los protagonistas de “La Peste” de Camus, que en una de ellas decía:
“Pregunta: ¿qué hacer para no perder el tiempo? Respuesta: sentirlo en toda su lentitud. Medios: pasarse los días en la antesala de un dentista en una silla inconfortable; vivir el domingo en el balcón, por la tarde; oír conferencias en una lengua que no se conoce, escoger los itinerarios del tren más largos y menos cómodos y viajar de pie, naturalmente; hacer la cola en las taquillas de los espectáculos, sin perder su puesto, etc., etc…”
Me gusta especialmente este párrafo porque deconstruye el concepto de tiempo productivo: tal vez aprovechar el tiempo no consista en “hacer más”, sino en “hacer menos”. O incluso el error puede ser que esté en el verbo elegido para la estrategia, y en vez de “hacer” deberíamos transitar hacia un “estar”.
Tal vez lo que es necesario ahora mismo es construir espacios de escucha y de vivencia con nuestras y nuestros jóvenes más allá de la realidad cotidiana de los centros de día donde ya lo venimos haciendo, para que ante la pregunta ¿hay alguien ahí?, las respuestas sean afirmativas.