
¿POR QUÉ SABEMOS TAN POCO DE ACOGIMIENTO Y DE ADOPCIÓN?
Luisa Vega. Acaronar. Vocalía Acogimiento Familiar y Adopciones.
Actualmente, a pesar de los avances que se han producido en el acogimiento familiar -algo más lenta va la adopción- en la remodelación del sistema de protección, con la renovación legislativa en materia de infancia y adolescencia requerida desde la Unión Europea, incluso, teniendo en cuenta que en nuestro territorio hemos sido pioneros en esta materia, existe una realidad que no podemos obviar, el acogimiento familiar tiene poco peso en nuestra sociedad, por no hablar de las creencias obsoletas que se manejan en el imaginario popular sobre la adopción.
Ambos son síntomas de la misma dolencia, una cultura de protección adultocentrista, arraigada más al derecho a tener una familia que al derecho de las niñas, niños y adolescentes a crecer en familia.
La información que se maneja es poca y muchas veces confusa o errónea,
resultado: salen perdiendo los que más tenían que ganar.
La invisibilidad de las niñas, niños y adolescentes más vulnerables es notoria, hay poca colaboración social, escasa intervención interdisciplinar, desconocimiento por parte de la sociedad, incluso de profesionales cuyo trabajo está relacionado con la infancia y la adolescencia.
La familia no es un fin en sí mismo, es el medio para alcanzar el objetivo de
garantizar el bienestar de niñas, niños y adolescentes. No se necesitan personas menores para dar forma al proyecto de crear, o aumentar una familia. Más bien, todo lo contrario, se necesita a la familia para garantizar el bienestar de la infancia y la adolescencia, cumpliendo así con uno de sus derechos fundamentales, crecer en familia. Pues este es el lugar natural donde crecer y desarrollarse y uno de los motores más importantes para garantizar e impulsar los derechos de niñas, niños y adolescentes. Uno de los retos más significativos es hablar del acogimiento desde una perspectiva amplia, que sea capaz de sensibilizar a la sociedad desde el conocimiento experiencial del acogimiento familiar, del acogimiento residencial y de la adopción, dentro de la protección social y pública de la infancia y la adolescencia, de otras medidas, del marco legal que lo regula. Si queremos dar visibilidad e importancia social al acogimiento familiar y la adopción, también hablaremos del acogimiento residencial -de aquí sacamos un hilo que da para otro debate- del reparto de las responsabilidades -sociedad, gobiernos y familias- y de las leyes que sustentan el sistema de protección. Todo se interrelaciona, todo se retroalimenta.
Además, hay que poner en la mesa otros temas importantes, como puede ser la parentalidad consciente, la parentalidad positiva, la adversidad temprana y todos aquellos contenidos que aborden la crianza y la atención de las niñas, niños y adolescentes más vulnerables y que tengan que ver con cómo la sociedad se esfuerza para cuidar de TODAS las personas menores que tiene a su cargo.
Que la sociedad conozca las bases del sistema de protección a la infancia y las entienda como un todo, en la que cada parte está interconectada con el resto. Este conocimiento, además, no debe ser planteado como un cúmulo de información a disposición del público, el desafío está en implicar a la sociedad en su conjunto y por partes, a las familias, a grupos estratégicos, a los agentes específicos de protección, al resto de los estamentos de la Administración que no tiene competencias en la materia. Todo ello desde una perspectiva que promueva la reflexión, el acercamiento, la participación y la construcción de las conclusiones que apoyen el cambio, el clic necesario para comprender que todas y todos tenemos algo que
decir y mucho que conocer y reconocer en el acogimiento familiar y la adopción. Y todo ello ha de hacerse orquestado desde las Administraciones competentes, involucrando a todos los sectores y promoviendo la participación.
Impulsando el acogimiento familiar como un derecho de la infancia a tener un entorno familiar que le proteja que le cuide y respete sus orígenes, como consecuencia, también se promueve la protección de la infancia que nos lleva a plantearnos cuestiones más profundas que vienen a mejorar la calidad de vida de las personas tuteladas o en situación de guarda por la Administración, que pueden llegar a ser invisibles en nuestra sociedad. En última instancia, la sensibilización social genera cultura de protección a la infancia y la adolescencia.
Desde Acaronar, como entidad colaboradora de la Generalitat Valenciana y con el apoyo de la Diputación de Valencia, nos hemos tomado este reto muy en serio, por ello, hemos desarrollado durante estos años diversas propuestas para acercar la comunidad al acogimiento y el acogimiento a la comunidad, dentro del mapa de la protección y el buen trato, implicando y creando alianzas con las administraciones locales, con entidades sociales y profesionales, como son, el COEESCV, Lambda Valencia o Amnistía Internacional, entre otras.
Durante este año, en el marco de colaboración con el COEESCV, hemos impulsado la iniciativa 365 Días por el Derecho a Crecer en Familia.
Esta campaña, con diferentes vías de acción tiene como finalidad crear un acuerdo social para impulsar el acogimiento familiar en las líneas descritas anteriormente.