EL RETO DE LA EMANCIPACIÓN
Nolo Tarín Cayuela. Vocalía de Emancipación
Cada año en la Comunidad valenciana un número considerable de jóvenes alcanzan la mayoría de edad y se ven obligados a abandonar los recursos del sistema de protección que hasta ese momento les habían acogido. Llegan con ganas de sentirse libres e independientes, pero también llenos de miedos e incertidumbres sobre su futuro. En muchas ocasiones tienen un proyecto formativo en pleno desarrollo que requiere tiempo y apoyos, otras veces se acaban de incorporar a un mercado laboral precario que no ofrece garantías de estabilidad. Además, muchos de ellos son jóvenes procedentes de otros países con un proyecto migratorio aún en periodo de construcción.
Se encuentran con una sociedad adulta que es competitiva, a la que le sigue costando tolerar y valorar la diversidad, que repite roles y relaciones de poder que limitan la igualdad de género. Se enfrentan al difícil reto del tránsito a la vida adulta e independiente, pero a diferencia de otros jóvenes no suelen disponer de los apoyos básicos que ofrece la red familiar y comunitaria.
Durante muchos años nuestro sistema de protección les dejó de lado, quedando únicamente al amparo de entidades sociales que con fondos propios y el apoyo de algunas subvenciones públicas les ofrecían unas pocas viviendas y un mínimo acompañamiento educativo.
Desde las entidades de APIME se trabajó con intensidad para que la administración reconociese la necesidad de estos jóvenes y apostase por ofrecerles los apoyos que requerían. Fruto de este compromiso los recursos fueron aumentando y a partir del año 2015 se comienza a generar una red pública de emancipación en nuestro territorio.
Actualmente la Consellería de igualdad y políticas inclusivas, a través de la concertación social con un importante número de entidades de APIME, ofrece una mejor respuesta a esta realidad. Más de 100 jóvenes residen en hogares de emancipación en nuestra Comunidad y disponen de apoyos para poder consolidar y encauzar sus proyectos vitales.
Estos hogares están orientados a trabajar la autonomía y la posterior emancipación. Cualquier aspecto de su dinámica cotidiana está vinculada a estas dimensiones. La atención educativa y social que reciben por parte de los equipos profesionales que los atienden se centra en el acompañamiento, la participación y el protagonismo del joven en la adquisición de competencias y habilidades para la circulación social. Cada joven dispone de un plan individualizado de emancipación y se trabaja en red con los recursos comunitarios para poder ejecutarlo.
Con estos apoyos no está garantizada la emancipación, porque en la actualidad sigue resultando un proceso muy complejo para cualquier joven, pero disponemos de evidencias que nos indican que al menos estamos influyendo positivamente en este proceso. Mejorando las condiciones del mismo y aumentando considerablemente la igualdad de oportunidades para culminarlo con éxito.
Reconociendo todos los avances producidos en este ámbito, puede que la respuesta aún no sea suficiente y un importante porcentaje de jóvenes sigue sin tener la oportunidad de recibir estos apoyos. También aumentan las necesidades de orientación, atención psicológica o asesoramiento jurídico, que requieren de mejores recursos para ofrecer una respuesta adecuada y actualizada. APIME sigue muy comprometida con esta realidad y va a seguir colaborando con la administración pública en la consolidación y mejora de la red de emancipación en nuestra comunidad.