

Comunicado oficial de APIME sobre el reparto solidario de niños, niñas y adolescentes migrantes.
Vocalía Acogimiento Residencial.
La Asociación Profesional de Instituciones de Menores de la Comunidad Valenciana (APIME), desde su creación ha tenido como principio fundamental velar por el interés superior del menor, garantizando siempre su bienestar, desarrollo integral y derechos fundamentales.
Ante el inicio del reparto solidario de niños, niñas y adolescentes migrantes actualmente acogidos en Canarias, la participación activa de todas las comunidades autónomas resulta clave para asegurar que los derechos y la dignidad de los menores migrantes sean plenamente respetados.
El reparto es imprescindible para asegurar la protección y el bienestar de estos menores, tal y como establecen la Convención sobre los Derechos del Niño, la Convención de Ginebra sobre el Estatuto de los Refugiados y la legislación española. APIME insiste en que la acogida no puede convertirse en terreno de disputa ideológica o partidista: lo que está en juego es la dignidad y el futuro de niños, niñas y adolescentes que forman parte de los colectivos más vulnerables.
Reducir a estos menores a cifras, cargas o problemas de gestión supone un acto de deshumanización de la infancia. Negar la solidaridad o rechazar el reparto equivale a poner en cuestión su condición de sujetos de derecho, debilitando los valores de humanidad y justicia que sustentan nuestro Estado de Derecho y los compromisos internacionales de España en materia de protección internacional.
Durante años, Canarias ha asumido en solitario una presión excesiva que ha desbordado sus recursos y generado graves riesgos para la protección de derechos. Es urgente poner fin a esta realidad. Compartir la responsabilidad de cuidar a estos niños y niñas no es opcional, es un deber que nos define como sociedad justa y humana.
Dicho proceso debe contemplar, en primer término, la realización de evaluaciones individualizadas que permitan identificar con precisión las necesidades educativas, sociales y emocionales de cada menor, asegurando así una respuesta ajustada y eficaz.
Asimismo, la acogida requiere la dotación suficiente de recursos humanos, materiales y financieros, que permitan articular dispositivos de atención estables, sostenidos en el tiempo y con capacidad para garantizar continuidad en la intervención. Sin esta provisión adecuada de medios, cualquier sistema de acogida resulta ineficaz y genera riesgo de desprotección.
La integración efectiva de la infancia migrante exige el acceso real y garantizado a derechos básicos tales como la educación, la sanidad, la vivienda y los servicios de acompañamiento social, conforme al principio de igualdad de oportunidades.
En coherencia con su misión fundacional, APIME respalda firmemente el reparto solidario de niños, niñas y adolescentes migrantes. Este mecanismo constituye la vía más justa y efectiva para garantizar la protección integral de la infancia migrante, asegurar el respeto de sus derechos y favorecer su integración plena en la sociedad.
Rechazar este proceso no solo ignora la realidad de quienes más sufren, sino que también contribuye a la deshumanización de la infancia migrante, al tratarlos como cifras o problemas y no como personas con nombre, historia y derechos. Apostar por el reparto es apostar por los valores de justicia, solidaridad y humanidad que sostienen nuestra democracia y por el cumplimiento de los compromisos internacionales de España en materia de infancia y protección internacional.