APIME ¿Quiénes somos?
A veces es más fácil definirnos por lo que no somos que por lo que somos.
El acrónimo APIME responde a las palabras Asociación Profesional de Instituciones de Menores, y lo primero que cabría decir es que este nombre está necesitando una actualización: hoy, el término “menor”, excesivamente vinculado a una visión legal o jurídica, está siendo reemplazado por el de “infancia y adolescencia”, más abierto y representativo de la realidad a la que se refiere.
Lo segundo sería aclarar que “Profesional”, en este contexto, quiere decir “Patronal”; sí, APIME es una asociación patronal, pero no una patronal “al uso”. En el imaginario popular la palabra patronal nos remite a un conjunto de empresarios que se agrupa para defender sus intereses económicos. Descripción estereotipada y llena de tópicos, sin duda, y seguramente pasada de moda. Pero por si acaso no está tan pasada de moda, diremos que APIME no se ve reflejada en esa descripción. Quizás ninguna patronal del Tercer Sector se sentiría identificada con esta definición; quizás.
Sería absurdo hablar de defensa de intereses económicos, cuando solo encontramos “números rojos” al echar la vista atrás y repasar los balances de las últimas décadas de las entidades que componen la organización. Esto es compatible con el intenso trabajo llevado a cabo a lo largo de muchos años de diálogo con las distintas administraciones competentes en la materia, en busca de una financiación pública que cubra de manera adecuada las necesidades de estos niños y niñas. En este trabajo, cuando los recursos no han sido tantos como todos quisiéramos –es decir: siempre- un rasgo distintivo de nuestro enfoque ha sido priorizar el “factor humano”, el poner a disposición de los niños y niñas el suficiente personal y que este fuera lo suficientemente cualificado para atender mejor sus necesidades, antes que otras opciones que pudiesen garantizar nuestro equilibrio financiero.
Una tercera cuestión que contribuye a formarse una idea de quiénes somos es qué caracteriza a las entidades que componen nuestra asociación, si es que hay algo que las caracteriza en su conjunto. Somos más de 30 entidades de muy distinto tamaño. Éste es otro rasgo que nos diferencia de otras organizaciones empresariales que, aunque gestionen un número similar de proyectos y atiendan a tantos o más niños, niñas y adolescentes, están compuestas por un número mucho más reducido de entidades.
En las filas de APIME encontramos un buen grupo de fundaciones vinculadas, o que tienen su origen en congregaciones religiosas. Congregaciones que, en muchos casos, llevan más de un siglo (algunas de ellas varios siglos –qué fuerte, que diría el castizo) dedicadas a la atención a la infancia en dificultades. Este hecho ha llevado a más de un observador a pensar que APIME es “la patronal de la Iglesia” en materia de infancia. Y este es otro elemento a aclarar: no, APIME no es una organización confesional, ni es dependiente de la Iglesia Católica. Pero esto no debe ocultar que, aunque no lo explicite en sus documentos, ni lo exija a quienes se inscriben en ella, la visión, misión y valores de APIME hunden sus raíces en una mirada de la realidad desde el humanismo cristiano y la búsqueda de una justicia que quiere ir más allá de la justicia social, que pone en primer lugar y padece con los más desfavorecidos.
Tenemos distintas metodologías, aplicamos diferentes modelos educativos, pero como APIME, como organización patronal, cuando afrontamos el territorio de lo laboral, o de las relaciones con la administración, aspiramos a no olvidar que esos niños y niñas y jóvenes son “lo primero”, el centro absoluto de nuestra tarea.