

EL IKIGAI EN EMANCIPACIÓN
Equipo de Emancipación de Nazaret. Vocalía Emancipación.
El gran reto al que se enfrentan las personas jóvenes que participan en la Red de Emancipación es iniciarse en el Ikigai, es decir la búsqueda de su proyecto de vida. Es una etapa difícil, donde ir tomando conciencia de quien soy, cuales son mis fortalezas y debilidades, cuales son mis intereses y qué voy a hacer con todo ello en mi vida, por lo menos a corto o medio plazo, es todo un mundo a descubrir.
Este gran reto y salto de la Protección a la Emancipación, pasa en primer lugar por lanzarse (“sin frenos”) a hacer uso de la libertad de ELEGIR.
Tras muchos años de acompañamiento a estas personas, observamos que la palabra libertad significa en primera instancia “poder hacer por fín lo que quiera sin rendir cuentas a nadie”. Esta forma de entender y usar la libertad conlleva muchas caídas que duelen y de las que cuesta levantarse. Las lecciones que se aprenden de la libertad en la elección, conlleva la frustración sentida de las malas decisiones con consecuencia hacia uno mismo y los demás. De este modo se avanza, cayendo y levantándose tomando la mano tendida del equipo educativo. Aquí es donde empieza a tomar fuerza de verdad el trabajo hacia el Ikigai en Emancipación.
Uno de los primeros pasos que lleva a cabo la persona que se incorpora al recurso es firmar un “ACUERDO DE COMPROMISO”, entendido como un pacto entre dos partes. Aquí empieza el proceso de aprender a elegir desde la libertad el cumplir obligaciones hacia sí mismo y hacia las personas con las que convivo. Al poco tiempo este pacto encuentra grietas en el tránsito de comprender y vivir el verdadero sentido de la libertad, entre elegir un camino u el otro,… hasta no elegir es elegir.
El equipo educativo se configura como base segura donde guiar a la persona joven, para ello es fundamental fortalecer el trabajo personal y grupal de los profesionales. Los/las jóvenes siguen necesitando sentirse seguros/as y queridos/as para afrontar esta etapa, y ambos elementos se han de proveer desde los/las profesionales que trabajamos en procesos de Emancipación. Como dice Fidel Delgado: “el mensajero es el mensaje entero” de ahí la necesidad de trabajar en equipo el autoconocimiento personal y como equipo, esta es la responsabilidad de los profesionales que nos erigimos como faros en las vidas de estos y estas jóvenes en el arduo camino de dar pasos hacia el descubrimiento de sus propósitos de vida.
La llave más importante y prioritaria es el “ Vínculo” afectivo, de esta manera podemos sintonizar de forma bilateral, establecer un lenguaje en el que haya un entendimiento. Para crear un Vínculo Sano, el profesional debe estar preparado para trabajar sus propias expectativas y proyección de ellas hacia la persona joven. Realizando un trabajo personal para ser capaz de diferenciar y desglosar sus propias creencias y estado emocional, esto hace que se realice un trabajo desde la consciencia.
El alma de Emancipación como equipo es la continua exposición de nuestro SER, con el que verdaderamente trabajamos, ya que somos espejos referentes en la vida de las personas jóvenes que atendemos. El Equipo se cuida y se mima como lugar seguro para los profesionales, de esta manera podemos proporcionar un acompañamiento ofreciendo a la persona la seguridad y el respeto de SER también ella misma, sin juicios y con mucho amor.
Cuando uno es consciente de sus luces y sombras, entonces es cuando puede proyectar que quiere y como utilizarlas para lograrlo.
“NO ES TANTO LO QUE HACEMOS, SINO COMO LO HACEMOS”